summary: Bella,Edward.Jasper y Emmet caen en un juego erótico que podría cambiarlo n cada desafío sexy, se hace más claro que en el fondo, Bella desea no a uno, ni a dos, sino a sus tres amigos que siguen solteros.¿Tendrá que escoger?.TH. ADVERTENCIA contiene material para mayores de edad.Si eres sensible no sigas leyendo.
Capitulo 10
Capitulo 10
Emmet se rió de Jasper. -Ella te escogió en el último desafío. Tú la tocaste, aquí.- Sintió la camiseta levantarse hasta su cuello. Unos dedos bailaron ligeramente por sus pechos desnudos, y su aliento salió en un jadeo. -Tu mojaste tus dedos en su calor.- Unos nudillos apretaron, durante un momento frustrante, sobre la tela de sus pantalones cortos entre sus piernas.
-Emmet tiene razón. Nosotros los miramos gozar juntos, pero las reglas nos impidieron participar. Es nuestro turno ahora.-
-Quítame. La. Venda.-
Bella temblaba por la excitación, pero Edward se rió. -En caso de que no lo hayas notado, no estás realmente en ninguna posición para ordenarnos, Mario. Tus pezones están duros, cariño. ¿Estás disfrutando no tener el control? Descubrámoslo.- El olor de Edward la rodeó. Todo macho oscuro y sexy. Sus dedos se deslizaron justo bajo el cinturón de sus pantalones cortos, y ella se sintió ceder mientras él liberaba el botón superior, bajando la cremallera.
Contuvo su aliento mientras él despacio extendía la tela de sus pantalones cortos, revelando su pequeña tanga, rosada. -¿Rosado, huh? Entonces la chica poco femenina tiene algunas sorpresas ocultas. Me gusta esto. Me recuerda el algodón de azúcar. Me pone hambriento, de hecho… me pone famélico.-
Edward comenzó a bajar sus pantalones cortos, y ella gimió. -Por favor, Edward. Por favor déjame ver.-
Las manos contra su piel temblaron. -Dijiste la palabra mágica, cariño.- La venda sobre sus ojos fue quitada, y Bella parpadeó. Jasper entró en su campo visual primero. Ellos debían haberle quitado su camiseta antes de atarlo. Y sus pantalones. Sus pantalones estaban ya alrededor de sus rodillas.
Bella se encontró con su mirada clavada en su polla endurecida. Era gruesa y oscura con la excitación. Lamió sus labios otra vez, preguntándose como sabría él. Jasper dio un tirón sobre sus restricciones. -La venganza es una puta, Emm.-
Emmet se paró al lado de Bella, su mano acariciando su brazo, él también parecía cautivado por la erección en crecimiento de Jasper. -Es un riesgo que estoy dispuesto a asumir, amigo. Más que dispuesto. Ahora échate hacia atrás y disfruta el espectáculo, porque tan pronto tengamos la oportunidad de darle a Bella un orgasmo increíble, iré por ti. ¿O debería decir, tú te vendrás por mí?-
Ella miró el cuerpo de Jasper temblar ante aquellas palabras y sintió un temblor propio en respuesta. La mirada de Edward atrapó la suya, y él sonrió. Tiró de sus pantalones cortos y la ropa interior hacia abajo por sus muslos hasta que ella, como Jasper tuvo los pantalones alrededor de sus rodillas.
-¿Entonces el desafío es hacer que me corra?-
Edward dobló la cabeza y acarició sus labios con los suyos. Dulcemente. Con cuidado. Como la calma antes de la tormenta. Él susurró. -El desafío es que tu confíes en mí, y que Jasper confíe en Emm con su placer. Mi plan es hacer que te corras tantas veces como pueda antes de que ellos golpeen la puerta y me arrastren lejos de ti.-
-Oh.- Su aliento era inestable, y Edward no se movió mientras esperaba su respuesta. -Buen plan.-
Bella miró alrededor de la habitación. Estaba vacía aparte de las dos cruces de hierro a las que ella y Jasper estaban sujetos, y una mesa llena de juguetes y lubricante. Tomó una respiración profunda, intentando tranquilizar su corazón acelerado.
-Oh, preciosa, haz eso otra vez.- Emmet ahuecó sus pechos, levantando y presionándolos juntos con toda la fascinación de un niño con un juguete nuevo. -No tienes idea de cuánto tiempo me han tentado. Nos han tentado. Todos aquellos viajes al río, ese feo traje de baño azul que pensaste que lo ocultaba todo. Estaríamos mintiendo si cualquiera de nosotros negara lo que hicimos en nuestros sacos de dormir cada noche, pensando en tus pechos deliciosos. Tú eras un demonio enviado para torturarnos, Bella.-
-Y-yo ¿lo siento?-
-No, cariño. No te atrevas a pedir perdón. Tú lo vales. Siempre lo has hecho.-
Emmet estuvo de acuerdo con Edward. –Siempre-. Entonces ambos hombres bajaron sus cabezas hacia sus pechos, cada uno colocando sus labios alrededor de un pezón y chupando con fuerza.
-Ah.- Bella miró sobre sus cabezas y su mirada se unió con la de Jasper. Él tiraba contra sus ataduras, su gruesa polla dura como el acero al que estaba atado mientras miraba a los otros alimentarse de sus pezones con placer voraz.
Dos juegos de dedos ásperos y masculinos viajaron hacia abajo por su vientre, deslizándose entre sus piernas para masajear su sexo. Bella gimió pero nunca quitó sus ojos de Jasper. Su expresión estaba llena de cólera y frustración por estar atado, mantenido lejos de ella. Y necesidad. Necesidad infinita, sin final.
-Así es como se sintió, Bella. Desearte. Amarte, cuidarte y ser tu amigo, todo mientras quería tomarte con cada aliento de mi cuerpo. Sabiendo que nunca podría.- Él tiró de sus ataduras otra vez, sus ojos se movieron por la boca de Emmet mientras este dejaba el pecho de Bella, dirigiéndose hacia el sur.
Emmet alzó la vista, su aliento tibio contra su clítoris. -Dile que lo sentiste también, Bella. Dile que pensabas en nosotros, que te tocabas por la noche hasta correrte gritando nuestros nombres.- Tiró de su clítoris con sus dientes, lamiendo su sexo empapado con golpes suaves y sensuales de su lengua.
-Lo hice. Dios, lo hice. Tantas veces. Pero nosotros no podríamos…yo no podría. Mierda, Emm. Siii.-
Emmet sonrió contra su sexo, pellizcando juguetonamente los dedos de Edward hasta que él levantó su cabeza de su pezón y gruñó, volviendo inmediatamente a la succión de su pecho y al empuje de sus dedos dentro de su coño.
Emm encontró su mirada, su sonrisa desvaneciéndose hacia una de desconcierto aturdido. -Es mejor que cualquier sueño húmedo, preciosa. Tu sabor. La forma como te sientes. No podemos tener suficiente. Dime lo que quieres, independientemente de lo que sea, es tuyo.- Un temblor recorrió su cuerpo ante la sinceridad en su voz. Ella alzó la vista hacia Jasper, tratando de concentrarse a pesar de la distracción de la estimulación exhaustiva de Edward. -Quiero verte hacer correrce a Jasper."
Edward canturreó una risa contra su pecho mientras Jasper comenzaba a decir tacos. Ella no tenía idea de que él supiera decir palabrotas de esa forma. ¿Estaba equivocada? ¿Había recibido todas sus señales cruzadas? ¿No deseaba él a Emmet?
-Veo preocupación en vez de deseo en tus ojos, Bella. No podemos permitir eso.- Emmet se puso de pie y caminó hacia el ruborizado Jasper, pasando un dedo circularmente alrededor de uno de sus pezones. -A Jasper puede no gustarle el desearme. Pero me desea. Y lo ha hecho por mucho tiempo.-
-Estupideces.-
Edward cayó de rodillas para frotar una mejilla sin afeitar contra la piel de su vientre, mirando junto con ella como Emmet tocaba a su agitado amigo. -¿He de decirles sobre aquella noche, entonces? ¿Sobre cuán cerca estuvimos de ceder ante la necesidad? Como fuiste tú, no yo, quien inició aquel beso, y llevó mi mano hacia tu –-
-Yo estaba borracho, cabrón.-
Emmet agarró la mandíbula de Jasper, forzándolo a afrontarlo. -Es por eso que me marché. El por qué yo lo detuve, a pesar de tus protestas. Mirando hacia atrás, pienso que me equivoqué. Debí haberte follado la tapa de los sesos aquella noche. Debí haberte tomado de cada modo sucio y hermoso que había. Tal vez si lo hubiera hecho mi mejor amigo no habría pasado los últimos cinco años huyendo de mí.-
-Deseábamos a Bella.- Eric sonó casi lastimero, desesperado. Edward redujo la velocidad de sus caricias, y Emmet cayó de rodillas.
-Sí, deseábamos a Bella. Todavía lo hacemos. ¿Y tú y yo, viejo amigo? También deseábamos esto.-
Bella sintió su sexo llenarse de sus jugos, sus muslos temblando mientras miraba a Emmet dar besos suaves, de boca abierta sobre los muslos de Jasper, sobre sus caderas, atormentando, pero nunca probando verdaderamente su polla.
Las manos de Emmet se deslizaron alrededor de él para agarrar las mejillas del culo de Jasper. -¿Alguna vez experimentaste, amante? ¿Alguna vez deslizaste un dedo en ese dulce culo, accidentalmente en la ducha, preguntándote como habría sido?-
Las caderas de Jasper empujaron involuntariamente, haciendo que Bella se preguntara si Emm había presionado uno de sus dedos contra su ano. Jasper la descubrió mirando, mordió su labio con tanta fuerza que éste sangró. -Bella, yo…-
Ella sonrió con aprobación. Amándolo, sintiendo la agonía en la que él estaba al resistirse a algo que obviamente quería desesperadamente. -No pienso que alguna vez haya visto algo tan sexy.-
Su cabeza voló hacia atrás como si lo hubieran abofeteado, y Edward deslizó sus dedos dentro de ella una vez más, elogiándola con su toque.
-¿Lo has hecho, Jasper? ¿Alguna vez te follaste a ti mismo con tus dedos o con un tapón, desesperado por que mi polla golpeara ese punto especial que te enviaría a la jodida luna?- Emmet no dejaba de presionar. -¿O tu y Bella son todavía vírgenes allí?-
Bella debió haber hecho una mueca, descubriéndose. -Bella, tú no eres…tú no has-
Bella lo único que pudo pensar es que la habían descubierto.
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